Carta del Presidente

Nada me puede agradar más a la hora de empezar la carta con la que encabezamos nuestra memoria que decir que en 2022 hemos reanudado por completo nuestra actividad presencial y renovado la ilusión al encontrar a nuestro público tan satisfecho de que siguiéramos en nuestro lugar. Sin duda, de un episodio tan negativo debemos buscar un fortalecimiento, una mayor seguridad y un mayor disfrute de la presencia de las personas en las calles, en las salas de exposición y en los auditorios, tanto en los escenarios como en los patios de butacas.

Una fundación es un devenir, un cambiar para permanecer, y esta convicción es la que ha presidido también este año nuestra actividad: ser los mismos de ayer en el tiempo de hoy.

La idea de nuestro fundador, estimular el progreso de Galicia a través de la educación, dio lugar en su día a que Galicia fuera pionera, de la mano de la Fundación Barrié, en la aplicación de las nuevas tecnologías en la educación. Traducida al entorno actual, no puede obviar por dónde van los avances en los últimos años.

Ayer como hoy, por ejemplo, la tecnología ha tenido dos caras y se puede elegir en cuál de los dos lados estar, pero no se puede decidir estar al margen. ¿Quién no oído hablar de drones estos últimos años? Han sido protagonistas en la guerra, tanto en el plano de la defensa como en el de la destrucción; han ayudado a gestionar catástrofes, han dado lugar a nuevas imágenes en la producción audiovisual y, también, han alcanzado el nivel doméstico, han pasado a formar parte de la vida ordinaria. Es cierto que este mundo es incipiente, cambiante y, en buena medida, imprevisible, pero lo que está claro es que debemos alfabetizarnos” en él. Este ha sido el espíritu de la Liga Maker Drone, que este año ha tenido su primera jornada de exhibición. Se trata de poner en manos de los estudiantes algo a lo que no pueden estar más receptivos: la tecnología. Si el primer deber de un buen discípulo es superar a su maestro, apostando por juntar tecnología y educación tenemos el éxito asegurado, porque estos jóvenes entusiasmados no tardarán mucho en tomarnos la delantera.

La natural tendencia a la novedad que muestran los jóvenes tiene también su lado negativo y este año ha sido, asimismo, el de un informe, verdaderamente alarmante y con una repercusión pareja a su importancia, sobre los usos de la tecnología. Nuevos problemas que requieren nuevas soluciones y para los que la clave es siempre conocerlos mejor para fomentar un uso consciente de todo lo que el mundo de hoy nos ofrece.

Los aspectos tecnológicos de la cultura no son nuevos y este año lo hemos podido ver en una reflexión de largo alcance que abarca, podemos decir sin exageración, toda la historia humana. Una exposición, Buda y Shiva, Loto y Dragón: Obras maestras de la colección de Mr. and Mrs. John D. Rockefeller 3rd en Asia Society, nos ha permitido sumergirnos en los orígenes de la espiritualidad, las vicisitudes de la cerámica y la metalurgia y su influencia en el desarrollo y fusión de las culturas y hacer, asimismo, una reflexión sobre el valor del mecenazgo cultural. Ningún objeto de los mostrados en lo que es una de las colecciones privadas de arte asiático más importantes del mundo, que nunca había pisado Europa, está encerrado en sí mismo. La cerámica japonesa nos habla de Centroeuropa; la escultura budista, de la cultura griega; la cerámica coreana, de la cerámica china, hasta el punto de que nuestra cercanía y nuestra lejanía con respecto a las piezas se podían sentir con igual intensidad. Todas las obras nos hablan también de sus dueños y colectores y de su intención de estrechar lazos políticos, en el más alto sentido de la palabra, a través del entendimiento cultural. La misma idea que motivaba los regalos de los chinos a los persas motivaba a Rockefeller a la hora de mostrar en EE. UU. el arte asiático y nos motiva a nosotros para traerlo a Galicia. Como signo de la importancia de esta colección, debe citarse la presencia de la embajadora de EE. UU. en su inauguración. A esta deferencia hemos querido corresponder, en nombre de toda nuestra tierra, con lo mejor que podemos ofrecer: una visita al Pórtico de la Gloria, al que, como saben, nos liga un proyecto que es, sin duda, la más importante restauración acometida en Galicia. El proyecto del Pórtico de la Gloria nos ha dado una nueva satisfacción: la ceremonia de recepción en Toledo de los Premios Europa Nostra, presidida por la reina Sofía y con la que se quiere dar la oportuna dimensión nacional al premio de mayor prestigio de nuestro continente que recibimos en 2021.

Pero con la filantropía norteamericana nos liga algo más: el empeño por el aprovechamiento del capital humano. Junto con las becas, que este año ya nos han permitido una gestión más normalizada, pero aprovechando los avances logrados en su gestión durante la pandemia, esta apuesta por el talento de Galicia se ha plasmado en el Programa Ignicia, llevado a cabo con la Axencia Galega de Innovación.

En este afán por estimular el talento, no podemos olvidar a los grandes protagonistas del futuro. Así, este año ha tenido su primera manifestación pública el Torneo Escolar de Oratoria, que es la versión para los más jóvenes del Torneo de Debate Académico. Introducir herramientas y hábitos para hablar en público no es clave solo para la formación de las personas, sino para toda la sociedad. La oratoria es también saber escuchar.

Decía al principio de estas líneas que una fundación es un devenir: en ella están todos los que han puesto su trabajo y su ilusión porque le han dado también su forma actual y son una inspiración para el futuro. Por eso quiero cerrar esta carta con un recuerdo a María Luisa Martínez Poch, que nos dejó el año del que estamos dando cuenta, pero que estará siempre en el corazón de los que formamos parte de la Fundación Barrié.

 



José María Arias Mosquera

Presidente de la Fundación Barrié

  (11/12/2023)