Luis Mosquera (1899-1987) (catálogo fino)


Luis Mosquera (1899-1987) (catálogo fino)


Mosquera, a diferencia de los retratistas del servicio regio y de la generalidad de sus contemporáneos, inmersos en esa rutina impuesta por ese exiguo mecenazgo que supone la clientela retratística en nuestros días, podría clasificarse como el retratista de la inteligencia, de la intelectualidad. El notario plástico que da testimonio en su momento, llevando por medio de su talento y de sus pinceles al lienzo la significación íntima de una serie de personajes claves en el desarrollo de la sociedad en su dilatada existencia. Pero, además, sus modelos, sin dejar de ser lo que socialmente sean, cobran entidad plástica independiente, y para saber que estamos ante cuadros excelentes no se precisa conocer a sus elegidos. El hecho de que la garra y la maestría de su labor como retratista haya ocultado otras facetas no quiere decir que carezcan de un primerísimo interés y alta calidad. Esto ocurre con dos géneros en los que Mosquera alcanzaría especialísimas cotas, el desnudo y el bodegón.

A Coruña, 1995
38 páginas
Rústica. Tamaño: 29 cm.

1.80€

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Mosquera, a diferencia de los retratistas del servicio regio y de la generalidad de sus contemporáneos, inmersos en esa rutina impuesta por ese exiguo mecenazgo que supone la clientela retratística en nuestros días, podría clasificarse como el retratista de la inteligencia, de la intelectualidad. El notario plástico que da testimonio en su momento, llevando por medio de su talento y de sus pinceles al lienzo la significación íntima de una serie de personajes claves en el desarrollo de la sociedad en su dilatada existencia. Pero, además, sus modelos, sin dejar de ser lo que socialmente sean, cobran entidad plástica independiente, y para saber que estamos ante cuadros excelentes no se precisa conocer a sus elegidos. El hecho de que la garra y la maestría de su labor como retratista haya ocultado otras facetas no quiere decir que carezcan de un primerísimo interés y alta calidad. Esto ocurre con dos géneros en los que Mosquera alcanzaría especialísimas cotas, el desnudo y el bodegón.