Manuel Abelenda pertenece a la generación novecentista que en el movimiento renovador de los años veinte, opta por la tradición frente a la vanguardia, contribuyendo a la formación de un arte gallego en la corriente del regionalismo artístico. Fue artista de sólida preparación, más conservador que innovador, respetuoso pero crítico con la vanguardia, amante de su tierra, trabajador y, en definitiva, fiel a sus principios estéticos, formados en el modernismo. Pintor realista, su obra tiene una raíz académica sin ser academicista, pero también en contra de lo que se dijo, comparte mucho del modernismo, especialmente en el color, influencia de su maestro Muñoz Degrain, siendo partidario y propagandista del Art-Déco que practicó preferentemente en el campo de la ilustración.
A Coruña, 1998
43 páginas
Rústica. Tamaño: 28 cm.
3.01€
Manuel Abelenda pertenece a la generación novecentista que en el movimiento renovador de los años veinte, opta por la tradición frente a la vanguardia, contribuyendo a la formación de un arte gallego en la corriente del regionalismo artístico. Fue artista de sólida preparación, más conservador que innovador, respetuoso pero crítico con la vanguardia, amante de su tierra, trabajador y, en definitiva, fiel a sus principios estéticos, formados en el modernismo. Pintor realista, su obra tiene una raíz académica sin ser academicista, pero también en contra de lo que se dijo, comparte mucho del modernismo, especialmente en el color, influencia de su maestro Muñoz Degrain, siendo partidario y propagandista del Art-Déco que practicó preferentemente en el campo de la ilustración.
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